domingo, 15 de marzo de 2015

Monasterio de San Juan de los Reyes

El Monasterio de San Juan de los Reyes, en Toledo , de la Orden Franciscana, fue construido bajo el patrocinio de la reina Isabel I de Castilla con la intención de convertirlo en mausoleo real, en conmemoración de la batalla de Toro y del nacimiento del príncipe Juan. Es una de las más valiosas muestras del estilo gótico isabelino en España y el edificio más importante erigido por los Reyes Católicos. El monasterio es, además, un monumento conmemorativo de los logros de los Reyes Católicos y de su programa político.

El edificio está dedicado al evangelista San Juan, por el que la reina Isabel tenía especial devoción, llegando a elegir el águila del evangelista como símbolo del reino de Castilla.
Pensaron los reyes católicos enterrarse en esta iglesia, pero el Cabildo Toledano no lo permitió, siendo finalmente enterrados en Granada, con lo cual está iglesia pasó a convertirse en una Iglesia Franciscana.

El arquitecto que desarrolla el proyecto es Juan Guas, lo haría poco antes de 1477 si bien no se terminó hasta el año 1504 por otro arquitecto Enrique Egas. en 1486 debía estar concluido el crucero, ya que en ese año los cautivos cristianos liberados en Málaga dejaron sus cadenas colgadas en la Iglesia.

Descripción artística

La iglesia es de una sola nave y su crucero era el destinado a acoger el sepulcro de los Reyes Católicos. La ornamentación muestra los símbolos de los Reyes Católicos, las estatuas y los gigantescos escudos sostenidos por águilas. El claustro está considerado una de las joyas del gótico de transición al renacimiento. Organizado en dos pisos, en el interior encontramos sencillos arcos apuntados que cobijan una sensacional tracería flamígera mientras que el superior presenta arcos mixtilíneos.
Como si de una obra de orfebrería se tratase, todo el claustro está decorado con motivos vegetales, dragones, seres fantásticos; donde también se prodigan las gárgolas con formas de demonios, vampiros, lobos, etc 

Fue gravemente dañado en 1808 por las tropas napoleónicas que incendiaron su valiosísima biblioteca y decapitaron numerosas estatuas del claustro. Como curiosidad decirte que donde ahora está la Escuela de Artes de Toledo, se encontraba el segundo claustro destruido en la guerra contra los franceses.

El edificio quedó prácticamente abandonado, pero la puntilla llegó en 1834 cuando los frailes fueron expulsados debido a la desamortización.  El edificio cayó en un total abandono hasta instalación del Museo Provincial en 1846,  al que se accedía por la puerta conocida por tener la imagen de un pelícano que hoy podemos ver casi en el mismo lugar, pero con diferente orientación.

En 1941 se devolvió el Monasterio a los Franciscanos, iniciándose poco después las obras de restauración. En 1954 comenzaron a vivir algunos frailes, y en 1967 se abrió al culto de nuevo la iglesia. 



Gonzalo Rodríguez Pérez

5º de Primaria

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